Nombre Real JD Natasha
Fecha de Nacimiento
Lugar de Nacimiento
De sólo un vistazo llama la atención. Es interesante y posee una fuerte personalidad. Lo más atractivo de su cara son sus dos grandes ojos marrones vestidos de largas pestañas que abarcan todo el entorno que desea cautivar. Viste con ropas coloridas como cualquier teenager de su edad. En ambas orejas lleva varios aretes de diferentes formas y apenas se pone maquillaje, sólo unos puntos negros que, cómo lágrimas, salen de su ojo derecho y caen sobre su mejilla. Su tez es blanca y su pelo rojizo, lo peina despeinadamente. Usa zapatos tenis de diferente color y agujetas o cordones dispares. Todo ése colorido lo acarrea con tanta convicción que los hace propio. Ciertamente es pequeña, casi diminuta, pero con temperamento portentoso, lo que la hace lucir gigante como el talento que lleva por dentro y como esas canciones que compone y hablan de su vida, sus cosas. “Compongo cuando tengo la necesidad de comunicar algo que siento”, dice, “no me pongo a hacer música si internamente mis sentimientos y mi sentidos no me lo piden”.
JD Natasha es una adolescente singular y tiene una absoluta seguridad de su arte. Siempre escribió canciones. No recuerda con precisión en qué momento realizó su primera composición pero sí le impresionan las anécdotas que le hacen sus padres cuando le cuentan que la escuchaban a los dos años cantar a toda voz en la cuna. “Cuando veo las películas que me hicieron, las disfruto mucho”. Cuando cursaba el tercer grado de la escuela elemental comenzó a estudiar piano y desde ése momento nunca lo ha dejado de tocar. Lo tiene cerca de su cama al igual que su guitarra, compañera ideal cuando canta y compone sus temas.
Pisciana al fin, vuela con el tiempo y sueña con sus sueños. De naturaleza extremadamente sensible, receptiva y emotiva, la joven cantautora habla con sus manos cuando intenta expresar algo que la palabra que brota de sus labios no le apoya. Se autodefine romántica, artística y le gusta actuar. De hecho ha participado en obras de teatro y juega con sus amigos a ser actriz. “Soy un poco dramática”, reconoce sonriente. El pasado año creó un grupo con diferentes amigos músicos y montaron un repertorio donde se incluían canciones de JD Natasha. “Nos fue muy bien y nos resultó una buena experiencia. Después nos desintegramos y yo seguí cantando sola y haciendo mi propia música”, explicó.
Nació en Miami y es la segunda de cuatro hermanos. Su padre es argentino y su madre neoyorkina de padres cubanos. No cree que la música que lleva en la sangre venga de sus progenitores, en cambio, cree que su tía pianista la conformó en gran medida cuando la escuchaba tocar e interpretar a grandes clásicos.
JD Natasha no tiene preferencias por un género musical específico. “Siempre que me guste y me parezca buena música la disfruto”, dice. “Lo mismo escucho a Nirvana, The Cure y The Beatles, que a Celia Cruz y Obie Bermúdez”. Eso la hace diferente, sin embargo, JD Natasha es una joven normal y corriente como cualquier otra, aunque subyuga su mirada penetrante, segura, que traspasa los planos de su edad. Aparentemente tiene los gustos de cualquier adolescente pero lleva consigo las inquietudes de una gran artista. “Estoy convencida que mis canciones van a gustar porque salen de mi alma”, afirma. “Son las vivencias que yo tengo, las que viven mis amigos de la escuela y expresan el diario vivir”.
Todavía le queda mucho por andar y recorrer ese camino del arte que en su esencia no tiene curvas pero sí vericuetos. Fuera de todo, JD Natasha tiene talento para siempre y el caudal de posibilidades que todo gran artista requiere. Cuando hay algo que contar, siempre habrá discos para que JD Natasha los grabe.
Fecha de Nacimiento
Lugar de Nacimiento
De sólo un vistazo llama la atención. Es interesante y posee una fuerte personalidad. Lo más atractivo de su cara son sus dos grandes ojos marrones vestidos de largas pestañas que abarcan todo el entorno que desea cautivar. Viste con ropas coloridas como cualquier teenager de su edad. En ambas orejas lleva varios aretes de diferentes formas y apenas se pone maquillaje, sólo unos puntos negros que, cómo lágrimas, salen de su ojo derecho y caen sobre su mejilla. Su tez es blanca y su pelo rojizo, lo peina despeinadamente. Usa zapatos tenis de diferente color y agujetas o cordones dispares. Todo ése colorido lo acarrea con tanta convicción que los hace propio. Ciertamente es pequeña, casi diminuta, pero con temperamento portentoso, lo que la hace lucir gigante como el talento que lleva por dentro y como esas canciones que compone y hablan de su vida, sus cosas. “Compongo cuando tengo la necesidad de comunicar algo que siento”, dice, “no me pongo a hacer música si internamente mis sentimientos y mi sentidos no me lo piden”.
JD Natasha es una adolescente singular y tiene una absoluta seguridad de su arte. Siempre escribió canciones. No recuerda con precisión en qué momento realizó su primera composición pero sí le impresionan las anécdotas que le hacen sus padres cuando le cuentan que la escuchaban a los dos años cantar a toda voz en la cuna. “Cuando veo las películas que me hicieron, las disfruto mucho”. Cuando cursaba el tercer grado de la escuela elemental comenzó a estudiar piano y desde ése momento nunca lo ha dejado de tocar. Lo tiene cerca de su cama al igual que su guitarra, compañera ideal cuando canta y compone sus temas.
Pisciana al fin, vuela con el tiempo y sueña con sus sueños. De naturaleza extremadamente sensible, receptiva y emotiva, la joven cantautora habla con sus manos cuando intenta expresar algo que la palabra que brota de sus labios no le apoya. Se autodefine romántica, artística y le gusta actuar. De hecho ha participado en obras de teatro y juega con sus amigos a ser actriz. “Soy un poco dramática”, reconoce sonriente. El pasado año creó un grupo con diferentes amigos músicos y montaron un repertorio donde se incluían canciones de JD Natasha. “Nos fue muy bien y nos resultó una buena experiencia. Después nos desintegramos y yo seguí cantando sola y haciendo mi propia música”, explicó.
Nació en Miami y es la segunda de cuatro hermanos. Su padre es argentino y su madre neoyorkina de padres cubanos. No cree que la música que lleva en la sangre venga de sus progenitores, en cambio, cree que su tía pianista la conformó en gran medida cuando la escuchaba tocar e interpretar a grandes clásicos.
JD Natasha no tiene preferencias por un género musical específico. “Siempre que me guste y me parezca buena música la disfruto”, dice. “Lo mismo escucho a Nirvana, The Cure y The Beatles, que a Celia Cruz y Obie Bermúdez”. Eso la hace diferente, sin embargo, JD Natasha es una joven normal y corriente como cualquier otra, aunque subyuga su mirada penetrante, segura, que traspasa los planos de su edad. Aparentemente tiene los gustos de cualquier adolescente pero lleva consigo las inquietudes de una gran artista. “Estoy convencida que mis canciones van a gustar porque salen de mi alma”, afirma. “Son las vivencias que yo tengo, las que viven mis amigos de la escuela y expresan el diario vivir”.
Todavía le queda mucho por andar y recorrer ese camino del arte que en su esencia no tiene curvas pero sí vericuetos. Fuera de todo, JD Natasha tiene talento para siempre y el caudal de posibilidades que todo gran artista requiere. Cuando hay algo que contar, siempre habrá discos para que JD Natasha los grabe.
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