John Wayne

Nombre Real    Marion Michael Morrison
Fecha de Nacimiento    1907-05-26
Lugar de Nacimiento    Winterset, Iowa, USA

John Wayne nació el 26 de mayo de 1907 en Winterset, Iowa (Estados Unidos). Unos días después sería bautizado con el rimbombante nombre de Marion Michael Morrison. En su temprana niñez, Marion y sus padres, Clyde y Mary decidieron trasladarse a California, debido al mejor clima que ofrecía para la salud de su padre, quien cambiaría su profesión de farmacéutico por la de ranchero en la parte sur del soleado estado. En el rancho fue en donde el joven Marion aprendió a dominar con gran habilidad el arte ecuestre, pues acudía a todas partes montado en su caballo.

Tristemente, la aventura ranchera no le salió bien a Clyde Morrison y regresó a sus quehaceres de boticario en la ciudad de Glendale, en donde el mejor compañero de Marion, además de su hermano Robert fue su perro “Duke” (de ahí viene su apodo).

Gran aficionado a los deportes, Marion era un buen jugador de fútbol americano y no le daba mal a los estudios.
El siguiente destino de Morrison fue la Universidad de California del Sur en donde proseguiría su carrera deportiva y estudiantil.

Su fortaleza física hizo que el popular actor de westerns Tom Mix se fijara en él y le propusiera actuar como especialista en algún título suyo.
A Marion no le pareció mal la idea y se pasó por los estudios de Hollywood en donde trabajó para la Fox como chico para todo.

En el estudio conoció a un joven director que comenzaba a hacerse un nombre en la meca dorada del cine llamado John Ford y se hicieron muy buenos amigos. El propio Ford le consiguió sus primeros papeles de figurante en varias producciones (suyas o de otros), el debut se produjo en un papel no acreditado de una película dirigida por Jack Conway y titulada “Brown of Harvard” (1926).
Lo primero que hizo cuando vio la oportunidad de asentarse como actor fue reconsiderar su nombre real, lo de Marion Morrison no le parecía demasiado masculino, se pensó en Tony Morrison pero tampoco le convenció, sus primeros apariciones acabaron acreditadas al nombre de Duke Morrison. Poco después, Ford le recomendó que cambiara lo de Morrison por Wayne. John Wayne sería el apelativo definitivo.

Su primer papel protagonista llegaría gracias de nuevo a su amigo John Ford, quien lo recomendaría a Raoul Walsh para “La gran jornada” (1930). La película fue un fracaso comercial y Wayne regresaría a las películas de serie B pero ahora ya como protagonista de innumerables westerns de floja calidad. Tras intervenir en innumerables producciones, Wayne contó con otra oportunidad cuando Ford le requirió para protagonizar su nuevo trabajo titulado “La diligencia” (1939), la película que hizo de John Wayne una superestrella, estrellato del que nunca se apearía convirtiéndose en un auténtico ídolo y referencia conductual para muchos de sus compatriotas.

Los años 40 y 50 transformaron al desconocido Wayne en una de las estrellas más importantes que haya conocido el mundo cultural americano alcanzando tras su muerte el calificativo de leyenda, que se acentuará aún más con el paso del tiempo.
Asimismo, su capacidad interpretativa fue mejorando progresivamente con el paso del tiempo gracias a las enseñanzas de dos de, entre otros, los más grandes maestros que haya conocido el cine: Howard Hawks y por supuesto su gran amigo, John Ford.

Sus películas más importantes de estas dos décadas fueron “Mando siniestro” (1940) de Raoul Walsh, “Hombres intrépidos” (1940) de John Ford, “Siete pecadores” (1940) de Tay Garnett, “Piratas del Mar Caribe” (1942) de Cecil B. De Mille, “La patrulla del coronel Jackson” (1945) de Edward Dmytryk, “They were expendable” (1945) de John Ford, “Sucedió en el tren” (1946) de Mervyn LeRoy, “Tres padrinos” (1948) de Ford, “Fort Apache” (1948) de Ford, “Río rojo” (1948) de Howard Hawks, “Arenas sangrientas” (1949) de Allan Dwan, “La legión invencible” (1949) de John Ford, “Río grande” (1950) de nuevo con Ford, “Bullfighter and the lady” (1951) de Budd Boetticher, “Infierno en las nubes” (1951) de Nicholas Ray, “El hombre tranquilo” (1952) de John Ford, “The High And The Mighty” (1954) de William Wellman, “Centauros del desierto” (1956) de John Ford, “Misión de audaces” (1959) de Ford y “Rio Bravo” (1959) de Howard Hawks.

Wayne había diversificado sus funciones cinematográficas ya que además de actor se introdujo en el campo de la producción con su compañía Wayne-Felowes (que posteriormente se llamó Batjac y en la que se encontraban sus hijos) y a partir de los 60 también dirigió dos obras en las que quedaba bien patente su talante conservador: “El Álamo” (1960) y “Boinas Verdes” (1968).

Como actor y al margen de sus propias películas John Wayne brilló en las décadas de los 60 y 70 en “Alaska, tierra de oro” (1960) de Henry Hathaway, “Los Comancheros” (1961) de Michael Curtiz, “Hatari” (1962) de Howard Hawks, las superproducciones “La conquista del Oeste” (1962) y “El día más largo” (1962), “El hombre que mató a Liberty Valance” (1962) de Ford, “La taberna del irlandés” (1963) de nuevo bajo las órdenes del gran John Ford, “Los cuatro hijos de Katie Elder” (1965) de Hathaway, “El Dorado” (1967) de Hawks, “Ataque al carro blindado” (1967) de Burt Kennedy, “Valor de ley” (1969) de Hathaway, “Río Lobo” (1970) de Hawks y su último y valioso trabajo cinematográfico, “El ultimo pistolero” (1976) de Don Siegel.

Por su actuación en “Valor de Ley” (1969) lograría el Oscar al mejor actor, premio al que había sido nominado veinte años antes por la película de Allan Dwan “Arenas Sangrientas” (1949).

Wayne contrajo matrimonio en tres ocasiones (también tuvo romances varios siendo el más sonado el llevado a cabo con Marlene Dietrich en sus años mozos). La primera con Josephine Saenz, en un enlace que duraría desde 1933 hasta 1945, la segunda con Esperanza Bauer con quien se casaría en 1946 para divorciarse en 1954 y la tercera y última con Pilar Palette, con la cual estaría casado desde 1954 hasta su muerte (aunque él mantenía una relación con su secretaria Pat Stacey), una muerte acaecida el 11 de junio de 1979, cuando Wayne falleció de cáncer, un cáncer que según se rumorea podía ser originado por su intervención en la película “El conquistador de Mongolia” (1956), un film cuyo rodaje transcurrió en un espacio anteriormente utilizado para pruebas nucleares. El Duque tenía 72 años.